“Hombre justo y honrado es aquel que mide sus derechos con la regla de sus deberes” Jean Baptiste Henri Lacordaire.
El cargo de Intendente Municipal es un honor concedido por los vecinos al candidato más votado en elecciones libres. A partir de la asunción, se convierte en el representante del Municipio (que aclaro lo forman el Intendente y el Concejo Deliberante).
Por supuesto la forma de gestionar estará relacionada con lo que ha propuesto a los vecinos, aquello que ha dado razón a que lo vote la mayoría.
Sin embargo, todo ello deberá realizarse bajo el estricto marco legal que establece la legislación, especialmente la Ley Orgánica de Municipalidades de la Provincia de Buenos Aires. En la ley se establecen límites del mandato que el pueblo le da al Intendente y cuáles son sus obligaciones.
Esto es, claramente se establece qué tiene la obligación de hacer y qué derechos le cedemos los ciudadanos para que conduzca. Mediante un flayer titulado “Aviso Importante”, el Intendente Barenghi anunció que el Municipio adheriría al paro general del 24 de enero a partir de las 12 horas.Para quien no estuvo informado, aquel día se propuso un paro general de 24 hs impulsado por la CGT.
Los Concejales de “Juntos para el Cambio”, advirtiendo el desacierto de la medida, se manifestaron públicamente en un comunicado, que la prensa destacó resumiendo en la frase: “…Barenghi le hace paro a los vecinos de Bragado…”. Concuerdo y suscribo las expresiones del comunicado de los Concejales de nuestro espacio, y quisiera profundizar el análisis para dejar un signo de alerta en estas líneas.
La decisión del Intendente no fue sólo inmoral, también fue ilegal.El derecho de huelga, consagrado por la Constitución Nacional, es de tipo personal y se encuentra en cabeza de los trabajadores en relación de dependencia como forma de protesta frente a algún atropello de sus derechos laborales.
La adhesión a este paro general claramente nada tiene que ver con este derecho. Es un acto político, con pretensiones de influir en las decisiones de las autoridades nacionales.
Tal decisión, hacer o adherirse a un paro excede el mandato que los bragadenses le otorgamos a Sergio Barenghi. Apoyar expresamente el paro, siendo que gobierna y representa todos los habitantes de la ciudad, no es una potestad que el Intendente pueda ejercer.
Está fuera de la ley. Está fuera de los límites del mandato que el pueblo le dio. Es una manifestación de tipo política-partidaria o sectorial, ajena a los ámbitos de discusión democráticos naturales.
Por supuesto afecta expresamente a todas aquellas personas, incluso empleados municipales, que no estaban dispuestas a hacer paro, por las razones que sea. A pesar de haber decidido así, fueron violentados en sus derechos personales siendo conducidos al paro y además a la manifestación expresa y difundida por todos los medios del apoyo al paro.
Esta decisión, anecdótica ya por el fracaso de la medida de fuerza, configura evidentemente un incumplimiento de los deberes que Barenghi tiene por obligación.
El intendente podrá imprimir su impronta a la gestión. Pero deberá hacerlo en el marco de la ley, considerando que gobierna para todos los vecinos y que su principal objetivo es ocuparse de la marcha de la ciudad buscando el bien común.Estemos atentos. Esto no constituyó simplemente una imprudencia.
Aquí se utilizó la representación de la institución Municipalidad de Bragado para fines distintos a los que la ley manda. Sabemos muy bien lo que sufre el pueblo cuando algunos sectores toman las instituciones para satisfacer sus fines propios.
Esperemos que este comienzo errático no continúe. La oposición estará para garantizar el control de la gestión de quienes conducen nuestras instituciones, como respaldo para la tranquilidad de la población.