Fiorela Fraccaro -de Bragado- fue la primera eliminada de Survivor Expedición Robinson luego de esta nueva etapa de unificación. Personal trainer y vegana, Fiorela intentó ser fiel a sus principios durante el mes que pasó en el reality extremo de Telefe.
En diálogo con LA NACIÓN habla de la culpa que sintió al comer una medialuna con dulce de leche que su equipo ganó en uno de los juegos, cuenta que le quedaron algunas secuelas emocionales como el miedo a la noche y a los mosquitos y asegura que el programa le cambió la vida, ya que cuando se anotó estaba a punto de radicarse en España. “Es la experiencia más hermosa extrema y dura que viví. Fue lo más revelador que hice, la competencia más linda. Conocí personas maravillosas, puse mi cuerpo a disposición para todos los juegos”, asegura Fiorela.
–¿Por qué te eliminaron del juego?
–Creo que tengo un perfil ganador. Era candidata y llegaba a la final, probablemente, por mis ideales, ética, compañerismo y porque soy buena físicamente. Podía ganar collares de inmunidad y no iban a poder eliminarme fácilmente. Me votaron porque tengo un perfil fuerte y por ser mujer. En el equipo Sur los hombres están acostumbrados a votar mujeres. Todo hacía pensar que la candidata a irme era yo. Era lógico que me fuera, me parece. Decían que había que cortarle la cabeza a los hegemónicos y para ellos yo soy hegemónica, fuerte, empoderada e independiente.
–Entonces no te sorprendió, ¿pero te dolió?
–Sí, me dolió porque siento que había otras personas para sacar antes que yo y que socialmente son más peligrosas. Es un gran error que me hayan eliminado a mí. Male es mi amiga y es muy hábil y quizá por venganza puede llegar a hacer desastres y que se vaya gente que cree que no se va a ir.
–¿Qué fue lo que más sufriste en la isla?
–Los mosquitos. Había jejenes que me comieron todo el cuerpo. Hacía mucho calor a la noche y tenías que decidir si dormías tapada para que no te coman los bichitos, o destapada y disfrutar un poco más el aire. Yo dormía tapada y sufría el calor, pero si me sacaba la ropa me comían.
–Eras la única vegana en el reality, ¿cómo fue lidiar con el hambre y tus principios de no comer nada que provenga de un animal?
–Mi alimentación es vegana y estoy acostumbrada a comer porque mi alimentación es a base de plantas. Entonces ir a una isla y sobrevivir con lo que el lugar tenía no me iba a costar. Sí me costó la cantidad, porque yo estaba acostumbrada a tener la cantidad de verduras y frutas que me compro. Allá era más escaso y compartido por once personales más. No comí cangrejos, no pesqué ni comí pescado y sí comí la medialuna con dulce de leche feliz de la vida, pero con una culpa tremenda. Tenía mucho hambre, ese día estaba pasada.
–¿Nunca te planteaste comer un cangrejo si tenías tanto hambre?
–Hace muchos años que tengo decidido no comer nada que provenga de un animal. Nunca digas nunca, pero esa es la realidad. Soy vegetariana desde los 18 años y hace cuatro años que empecé mi transición al veganismo. No como lácteos ni huevos. Con la medialuna y el dulce de leche rompí el veganismo.