La principal acería de Bragado frenó su producción y puso en riesgo cientos de empleos. El intendente advirtió sobre un posible efecto cascada: “Ingresan productos con precios con los que no se puede competir”.
Sergio Barenghi, intendente de Bragado, expresó una fuerte preocupación por la paralización de la principal fábrica del distrito, una acería que suspendió su producción y dejó en riesgo los puestos de trabajo de 600 empleados. En un distrito de 45 mil habitantes, el impacto económico y social es enorme. “Lamentablemente, para hablar de una circunstancia que pone en riesgo ni más ni menos que 600 puestos de trabajo”, señaló Barenghi, al ser consultado por la situación.
En diálogo con Código Baires, el intendente explicó que el freno en la producción está estrechamente ligado a la política nacional de apertura indiscriminada de importaciones: “Es un combo casi perfecto para que la industria nacional se debilite o deje de existir”. En ese sentido, detalló que la falta de obra pública, la escasa financiación para la construcción privada y el ingreso masivo de productos del exterior son factores que confluyen en la actual crisis industrial. “Ingresan productos a precios que nosotros no podemos de ninguna manera ser competitivos y que hacen que las industrias locales se vean obligadas a estas cuestiones”, explicó.
Barenghi advirtió que, aunque por ahora se habla de reparaciones en el horno y paros parciales, ya se han registrado despidos y “es muy incierto el futuro de esta fábrica como de todas las fábricas”. También señaló que otros sectores productivos locales están en crisis: “Bragado también es muy fuerte en el rubro textil. Y también es un rubro que está sufriendo muchísimo con la llegada de productos de China o de otros lugares del mundo. Ya comenzaron los despidos”.
Consultado sobre si hay posibilidades de que el total de los trabajadores pierda sus empleos, el jefe comunal fue claro: “El temor está dado por cómo se van presentando los acontecimientos. La empresa no hace ese tipo de advertencia desde ya. Es una empresa que quiere crecer, que quiere trabajar, como todas las empresas”. Pero alertó que, si no se revierte el actual modelo económico, se encamina hacia el “achicamiento y en algunos casos también del cierre”.
Sobre el impacto en la economía local, Barenghi remarcó: “600 despidos de altos ingresos, como son además los de un obrero de una acería, es una catástrofe”. Aunque aclaró: “Últimamente los ingresos de los trabajadores de acería no son tan altos, porque hace mucho tiempo que no se homologa ningún aumento en paritaria. Las empresas no pueden pagarlo”. Aun así, destacó que históricamente fue un empleo mejor remunerado que el promedio y que su caída se siente en toda la comunidad: “Cada vez hay menos plata para distribuir. Se siente también en todos los comercios”.
“Esto es la cara real de este modelo que se está impulsando”
El intendente vinculó directamente la crisis laboral con la orientación económica del gobierno nacional. “Esto es la cara real de este modelo que se está impulsando, que no tiene en cuenta a los trabajadores, que no tiene en cuenta a la gente”, afirmó. Agregó que si las fábricas se convierten en importadoras, “los galpones donde había máquinas trabajando y había gente produciendo se conviertan en depósitos de mercadería importada”. Y lamentó: “La gente que trabaja, evidentemente, está quedando en el camino y eso es lo más triste”.